Este mes volvimos a Isère, el departamento dónde vivimos un año y medio, para visitar a los amigos que hicimos allí. Una noche en casa de cada uno fue suficiente para ponerse al día y no hacer nada más que beber y comer. Nos vino bien poder disfrutar de los paisajes montañosos de la zona y pasear por algunos de los caminos que recorríamos frecuentemente cuando vivíamos allí.
Echo de menos mucho algunas cosas de esa zona porque forma parte de mis inicios en Francia, pero no podemos comparar nuestra situación actual a aquella que vivimos allí. Fuimos muy felices allí aún careciendo de estabilidad laboral y eso es debido a muchas otras cosas de las que pudimos disfrutar estos tres calurosos días de vacaciones que hemos pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario