Queda poco para
empezar el viaje y nos disponemos a seleccionar qué nos llevamos. Nuestro
tercer acompañante es un Honda Accord del año 2.000,
el cual ha pasado la revisión pertinente y está hecho un toro.
El objetivo inicial es ocupar solamente el
amplio maletero del coche, Castor lo sabe y pronto me lanzará su pregunta
temeraria...
-No vamos a coger los tres litros de detergente, tres tubos de pasta de dientes y champú que te ha dado tu madre ¿verdad?
La respuesta efectivamente es “no”. Nos la vamos a jugar. Confiaremos en que también existan los supermercados en Francia...
Hacer que cupiese todo en el maletero fue una auténtica odisea, fue como jugar al tetris pero utilizando una tienda de campaña enorme, las mochilas, la comida para los primeros días, el ordenador portátil y cómo no…el juego de mesa “Carcassonne”. Aprovechando que en Girona trabaja un amigo malagueño, haremos una parada antes de abandonar el país y si hay suerte podremos comer un poco de “manteca colorá”.
Hacer que cupiese todo en el maletero fue una auténtica odisea, fue como jugar al tetris pero utilizando una tienda de campaña enorme, las mochilas, la comida para los primeros días, el ordenador portátil y cómo no…el juego de mesa “Carcassonne”. Aprovechando que en Girona trabaja un amigo malagueño, haremos una parada antes de abandonar el país y si hay suerte podremos comer un poco de “manteca colorá”.
Es viernes, 2 de Agosto
de 2013. Una última mirada al comedor y un último suspiro.
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