Crémieu es un pequeño pueblo medieval de más
de 3.000 habitantes, el cual mantiene gran parte de su zona amurallada y un
precioso parque con paredes construidas en gran parte mediante una técnica cuya
particularidad consiste en el apilamiento de las piedra sin utilizar ningún
material que las una.
Este pueblo
tiene unas vistas espectaculares, y lo más importante, una magnífica cervecería
artesanal, la cual sería el punto final y más gratificante de la ruta.
En la parte más baja del pueblo existe un
antiguo mercado donde aún quedan vestigios de antiguo métodos de medida que
eran utilizados para vender los productos.
La ruta terminó como venía diciendo, por la
degustación de las variadas cervezas que tienen en Les Ursulines.
Esta fábrica y bar de cerveza tiene una mucha
historia. El edificio fue un convento durante el siglo XVII
con el objetivo de enseñar la vida religiosa, teniendo 3.180 alumnas entre 1633
y 1792. En 1794, este edificio fue usado como maison d’arret (una prisión).
En 1920 sufrió un incendio, el cual deterioró
enormemente el edificio. Desde su restauración unos años más tarde, el edificio
ha sido utilizado para numerosas actividades, hasta el 2005, cuando se restauró
para poder construir una fábrica de cerveza, la mejor elección de todas sin
duda. Aún se pueden observar varias paredes donde se conservan los antiguos
murales del convento.
Mucha historia tiene esta cervecería, la cual
es una visita obligada en Crémieu.
ya me invitaras
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