Llegamos a Arques
el 10 de Agosto a las 17:30h. Es un pueblecito con un pequeño castillo,
que al igual que el Castillo de Montségur, forma parte de la ruta de los castillos cátaros. Seguimos las
indicaciones para llegar a la casa de la familia inglesa con la que
pasaremos estas dos semanas. Nos desviamos de la carretera casi cuando estamos
saliendo de Arques y seguimos un camino sin asfaltar y en muy mal estado
durante 15 minutos. En esos 15 minutos nos encontramos sólo una casa, el resto
es bosque despoblado.
Al fin
encontramos la señalización de la casa a mano izquierda, bajamos una cuesta
dejando a la izquierda un gran terreno en el que se puede ver un gran invernadero y un
huerto bien ordenado alrededor del invernadero.
Aparcamos y nos
acercamos a una pequeña casa que tiene la puerta abierta.
-¿Hello? -Nadie
responde-.
Descendemos hacia
la otra casa que se ve, y allí sí nos encontramos con la pareja que nos acoge.
Para no decir sus nombres reales usaré los pseudónimos Mr.Rice y Mrs.Beetroot.
El motivo de usar estos pseudónimos lo descubriremos más adelante.
Tras presentarse
vienen enseguida sus tres hijos y se quedan plantados mirándonos algo
cohibidos. Tienen 11, 9 y 5 años. A estos tres pequeños los llamaré Big-Cucumber, Middle-Cucumber y
Little-Cucumber. Nos saludan sonrientes, parecen muy graciosos. Nos ofrecen un
té y acepto por educación, tampoco es que me apasione el té pero no voy a
decir que no.
Charlamos un rato
bajo la sombra de la copa de un árbol grandísimo que hay cerca de la puerta de la casa. Hace
un calorcito muy agradable, hablamos un poco de nuestro viaje y de nuestros países
cuando me veo venir hacia nosotros a Middle-Cucumber corriendo con una libreta
en la mano. Me pide eufórico que quiere aprender español. En su libreta tiene
anotadas unas cuantas páginas con frases en español y su traducción al inglés.
Un anterior helper de Chile había
empezado a enseñarles español y nosotros teníamos que seguir con su aprendizaje.
Middle-Cucumber había memorizado muchas de esas frases y el chaval pronunciaba
bien. Little-Cucumber, con sólo 5 años estaba ansioso y alterado viendo cómo su
hermano estaba interaccionando con nosotros, pero el pobre no tenía libreta.
Middle-Cucumber le arranca una hoja de su libreta y se la da a su hermano en un
bonito gesto, gesto que le encabeza en la lista que inconscientemente hago de
cual de los tres es mi favorito. Big-Cucumber desaparece, más adelante
descubrimos que es un chaval bastante solitario y campechano, le gusta dar largos paseos él solo por el
bosque.
No puedo dejarme
en esta presentación a la adorable perra de color negro que nos acompaña. La
llamaremos Blackcurrant.
Llega la hora de
cenar. Ayudamos a poner la mesa y a sacar los platos con
los que nos deleitarán esta primera noche en Arques.
Sacamos 3
ensaladeras gigantes a la mesa. La primera sólo contiene arroz. La segunda
pepinos. Sí amigos, la tercera remolacha. He ahí la cena. Fin.
Tres cosas nos
llaman la atención. La primera, no hay pan en la mesa. La segunda, los niños
devoran el pepino como si no hubiese un mañana. Empiezan a comer como locos y
repiten. La tercera y peor de todas, no hay cerveza.
Nos vamos a
dormir después de cenar, yo con la sensación de que dos semanas de comida
vegetariana me sentarán bien, Castor con la sensación de que esta noche ha
conseguido engañar a su estómago, pero quizás en otra ocasión no tendrá la misma
suerte…
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