lunes, 20 de enero de 2014

Llegamos a Arques...


Llegamos a Arques el 10 de Agosto a las 17:30h. Es un pueblecito con un pequeño castillo, que al igual que el Castillo de Montségur, forma parte de la ruta de los castillos cátaros. Seguimos las indicaciones para llegar a la casa de la familia inglesa con la que pasaremos estas dos semanas. Nos desviamos de la carretera casi cuando estamos saliendo de Arques y seguimos un camino sin asfaltar y en muy mal estado durante 15 minutos. En esos 15 minutos nos encontramos sólo una casa, el resto es bosque despoblado.

Al fin encontramos la señalización de la casa a mano izquierda, bajamos una cuesta dejando a la izquierda un gran terreno en el que se puede ver un gran invernadero y un huerto bien ordenado alrededor del invernadero.

Aparcamos y nos acercamos a una pequeña casa que tiene la puerta abierta.

-¿Hello? -Nadie responde-.

Descendemos hacia la otra casa que se ve, y allí sí nos encontramos con la pareja que nos acoge. Para no decir sus nombres reales usaré los pseudónimos Mr.Rice y Mrs.Beetroot. El motivo de usar estos pseudónimos lo descubriremos más adelante.

Tras presentarse vienen enseguida sus tres hijos y se quedan plantados mirándonos algo cohibidos. Tienen 11, 9 y 5 años. A estos tres pequeños los llamaré Big-Cucumber, Middle-Cucumber y Little-Cucumber. Nos saludan sonrientes, parecen muy graciosos. Nos ofrecen un té y acepto por educación, tampoco es que me apasione el té pero no voy a decir que no.

Charlamos un rato bajo la sombra de la copa de un árbol grandísimo que hay cerca de la puerta de la casa. Hace un calorcito muy agradable, hablamos un poco de nuestro viaje y de nuestros países cuando me veo venir hacia nosotros a Middle-Cucumber corriendo con una libreta en la mano. Me pide eufórico que quiere aprender español. En su libreta tiene anotadas unas cuantas páginas con frases en español y su traducción al inglés. Un anterior helper de Chile había empezado a enseñarles español y nosotros teníamos que seguir con su aprendizaje. Middle-Cucumber había memorizado muchas de esas frases y el chaval pronunciaba bien. Little-Cucumber, con sólo 5 años estaba ansioso y alterado viendo cómo su hermano estaba interaccionando con nosotros, pero el pobre no tenía libreta. Middle-Cucumber le arranca una hoja de su libreta y se la da a su hermano en un bonito gesto, gesto que le encabeza en la lista que inconscientemente hago de cual de los tres es mi favorito. Big-Cucumber desaparece, más adelante descubrimos que es un chaval bastante solitario y campechano, le gusta dar largos paseos él solo por el bosque.

No puedo dejarme en esta presentación a la adorable perra de color negro que nos acompaña. La llamaremos Blackcurrant.

Llega la hora de cenar. Ayudamos a poner la mesa y a sacar los platos con los que nos deleitarán esta primera noche en Arques.

Sacamos 3 ensaladeras gigantes a la mesa. La primera sólo contiene arroz. La segunda pepinos. Sí amigos, la tercera remolacha. He ahí la cena. Fin.

Tres cosas nos llaman la atención. La primera, no hay pan en la mesa. La segunda, los niños devoran el pepino como si no hubiese un mañana. Empiezan a comer como locos y repiten. La tercera y peor de todas, no hay cerveza.

Nos vamos a dormir después de cenar, yo con la sensación de que dos semanas de comida vegetariana me sentarán bien, Castor con la sensación de que esta noche ha conseguido engañar a su estómago, pero quizás en otra ocasión no tendrá la misma suerte…

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