Es sábado 10 de Agosto y hoy tenemos que pasar a la siguiente etapa de nuestro camino por tierras francesas. Estas dos próximas semanas vamos a estar con una familia inglesa en Arques, pequeño pueblo de menos de 300 habitantes, perteneciente al departamento de Aude en la región de Languedoc-Roussillon. Tenemos más o menos 3 horas de viaje desde Casties-Labrande hasta Arques.
Desayunamos pronto, recogemos la tienda e intentamos volver a llenar el maletero del coche guiándonos por la intuición. La bolsa con la comida no cabe y la ponemos en el asiento trasero. Pagamos y nos despedimos de nuestro amiguete del camping, con la agradable sensación que da que alguien a quien no conoces te ayude y sea tan amable.
Ha sido una semana intensa. Hemos conocido muchos pueblos de esta preciosa región, hemos hecho una excursión entre paisajes inolvidables, y también hemos pasado algo de tensión con el coche. Todo esto sumado al dolor de espalda que tenemos por dormir durante una semana en un colchón inflable con unas ondulaciones que parecen creadas a conciencia por un ente demoníaco con el objetivo de destrozarte la espalda.
Tras unas horas de viaje, y sin muchas ganas de pasarnos dos semanas hablando inglés en Francia, paramos a ver Foix y de paso aprovechar para comer. Foix es un pueblo de unos 10.000 habitantes, el cual pertenece al departamento de Ariège en la región de Midi-Pyrénées. Es un pueblo bonito, sobretodo los paisajes montañosos y verdes que rodean el centro. En el casco urbano nos encontramos un pequeño parque, llamado Au Jardin Fleuri desde el cual se puede observar el castillo. Subir al castillo es gratis hasta cierto punto desde donde hay una vista panoramica de los tejados del pueblo. Aprovechamos para hacer unas fotos y vamos en busca de un restaurante donde comer a un precio asequible. Esto no es fácil en Francia.
Mientras caminamos por las calles de Foix, escuchamos muchas conversaciones en español y en catalán alrededor, Foix está cerca de los pirineos y por lo tanto de la frontera entre España y Francia. Llegamos a una pequeña plaza soleada con un restaurante en el que el plato del día cuesta 15€. El restaurante está elegido desde que Castor ve que se trata de muslo de pato.
Una de las características que a un español puede llamarle la atención de los restaurantes en Francia es que te sirven una jarra de agua gratis. Es decir, puedes pedir una botella de agua que te cobrarán o “une garrafe d’eau”, que viene a ser agua del grifo en una jarrita que no te cobran.
Tras comer ponemos rumbo a Arques, donde está previsto que lleguemos a las 17h.
Decidimos a medio camino pasar por Montségur, pequeño pueblo del departamento de Ariège en la región de Midi-Pyrénées. Su característica más popular es el castillo, construido en lo alto de la montaña a 1.150 metros de altura. Disfrutamos durante un rato de las preciosas vistas que tiene a su alrededor, aunque es tarde y no podemos entretenernos mucho.
Al bajar de Montségur notamos un cambio en el paisaje, la carretera deja de estar enclavada entre montañas, dejando ver algunas de ellas a lo lejos y sin la frondosidad que ha caracterizado a la región de Midi-Pyrénées. En breves llegaremos a la que será nuestra casa durante dos semanas.
vas con mucho retraso
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