lunes, 10 de marzo de 2014

Comiendo en el Charbinat...

Paul es el chef por lo general, es una persona que aprecia enormemente la alimentación así como a los buenos “comedores”. Se podría decir que con Castor iba a tener en la mesa a su mejor comensal. 

La variedad, sabor y presentación de sus platos me hacía mover la cabeza de forma involuntaria, como asintiendo, cada vez que probaba uno de sus platos. Era un acto reflejo. A veces miraba a mi lado y estaba Castor mirándome en plan… “Pero…pero tú has probado esto…


Un par de días tardaría Paul en darse cuenta de lo que gozaba María con cada uno de los platos franceses que sacaban a la mesa, de forma que enseguida le ofrecía repetir. En varios momentos, Paul nos manifestó el placer que le provocaba tener a alguien en la mesa a quien le guste tanto comer. Esa es una de las virtudes de Paul que más admiro, su sinceridad y su naturalidad a la hora de hablar y decir lo que piensa.


Todo en Chez Paul et Kaly sabe diferente, esta hecho con cariño y con cuidado. La mayoría de sus productos eran "bio" o del propio huerto. Una de las cosas que más me gustaron fue el sirope de arce canadiense. Mezclado junto al yogur o al queso de la granja, provocaba una combinación que a cualquiera dejaría maravillado.

Un verdadero francés , al terminar la comida, saca un buen plato de quesos antes del postre. Cuando parece que no puedes comer más, ahí está el plato gigante de quesos, los cuales no puedes dejar de probar. De los diferentes quesos que podemos encontrar en Francia hablaré en otros post más adelante.

En fin, podría estar hablando de los manjares que probamos y descubrimos en el Charbinat pero os aburriría a todos menos a Castor, a la que se le estará cayendo la baba al leer este post.  

Venga, hablo un poco más. Una raclette, una fondue de queso, pate croute, varias quiches, gratins de verdura, ensaladas del huerto, tomates coeur de boeuf, frambuesas con yogur y sirope de arce…¡basta!

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