Hemos
elegido un mal día para ir a Niza, 25 de Agosto, plenas vacaciones de verano.
Hay mucho
tráfico, lo cual sumado a un accidente entre un camión y un coche pasando
Montpellier, nos hace retrasarnos todavía más. Llega un momento en el que paramos por
completo el coche. Aprovecho este parón en la carretera para…comer leche
con galletas, ¿por qué no?.
Arrancamos,
parece ser que han limpiado ya la carretera y todo el mundo se sube a su coche. Todos
excepto el coche de delante, el cual se ha quedado clavado. En un acto de
empatía, salgo del coche y le ayudo al chaval italiano a empujar mientras su
novia está dentro intentando arrancarlo. Finalmente arranca, y vuelvo corriendo
hacia el coche pensando que posiblemente Castor haya aprovechado este momento
para comerse todas las galletas. No, no es así, menos mal.
Nos
acercamos a Niza y nos encontramos
con la primera sorpresa. Resulta que hay que pagar 1,50€ para entrar. Así se
las gastan aquí. La ciudad está plagada de edificios y playas urbanizadas. Se pueden
ver complejos de urbanizaciones que parecen más un cementerio que un hogar en
el cual vivir.
La casa donde
vive David está en lo alto de la colina, desde ella se pueden ver unas vistas
que de primeras te pueden parecer bonitas pero que en parte agobian al ver el bestial
destrozo que se ha hecho en este paraje que algún día debió de ser una verdadera
preciosidad.
Durante la cena, aturdidos
en la que es nuestra primera experiencia real con franceses, intentamos
entablar conversación con algunos amigos de David. No es fácil, se nos entiende
pero más bien porque ellos quieren.
Nos vamos a
dormir, ha sido un día largo y necesitamos descansar. Nos esperan 10 días en Niza, hasta el día 2 de Septiembre que será
cuando tendremos nuestra segunda experiencia Helpex.
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