Niza me
deja con una sensación agridulce, creo que o la odias o la amas. Es una ciudad
muy cara, a todos los niveles que puedas pensar. Después de París, está considerada
como la ciudad más cara de Francia. Hablamos de una ciudad perteneciente al departamento Alpes-Maritimes dentro de la región de Provence-Alpes-Côte d'Azur y que cuenta con 344.000 habitantes.
Nos
preparamos para caminar todo el día por la ciudad.
Aparcamos
en el centro, en zona azul por supuesto, y vamos andando a ver el casco antiguo.
Impresionante
la cantidad de gente que hay en la playa que recorre la Promenade des Anglais, al más puro estilo Benidorm.
Adentrándonos
un poco más en el centro nos encontramos con el Teatro Nacional de Niza, en cuya
plaza han instalado este amasijo de maderas entrecruzadas que supongo que
tendrá algún significado especial. Es bonito, eso sí.
Quedamos
para comer una pizza con un amigo ruso de Castor que trabaja en Niza. Dos españoles y un ruso comiendo en Niza,
curioso cuanto menos.
Tras esta
agradable comida vemos una heladería donde no te sirven una o dos bolas de
helado, sino las que te apetezcan o quepan en tu estómago.
Nuestra duda
está aclarada casi antes de plantearla, ¿4 o 5 bolas? 5 obviamente.
En la plaza
Masséna se está instalando un gran escenario para algún evento nocturno. Nos
damos cuenta de que en la plaza hay unas figuras amarillas en lo alto de un
palo. Nos acercamos para comprobar que son 7 budas subidos en 7 palos. El sol
de media tarde les confiere un color amarillo resinoso. Podría explicar su
significado, pero mejor os invito a descubrirlo en el blog del Castor y así de paso podéis disfrutar de las magníficas
fotos que hizo de Niza.
Un
magnífico día de turismo por esta ciudad en plena efervescencia estival.
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