Visitando Carcassonne

Son las 12 del mediodía cuando llegamos a Carcassonne, pequeña ciudad del departamento de Aude, dentro de la región de Languedoc-Roussillon. No hay un solo rincón donde se pueda aparcar gratis, todo esta preparado estratégicamente para el turismo. Tras haber aceptado esto, aparcamos en el parking y nos adentramos en esta ciudad que un día fue feudo de los cátaros.

Nos adentramos en la parte fortificada. Hay muchísima gente, no hay opción de hacerte una foto con la fortaleza detrás sin que salgan 20 personas más a tu alrededor. Me da la sensación de que las fotos que hago las tienen miles de personas exactamente igual. Nos acercamos a la oficina de turismo a por un mapa. ¿Cómo pedimos un mapa en francés? Está claro que no hemos venido a Francia sabiendo un francés perfecto, sino más bien muy básico. Es nuestro primer contacto real con la lengua…

-¿Emmm…ammmm…un carte…emmm…pour…s’il vous plaît?

-¿Españoles? Aquí tenéis un mapa de toda la ciudad con los puntos de interés marcados en...

 -Gracias. Muy amable.

Mal asunto, no sé cómo pueden habernos reconocido, ¿será que aún tenemos acento español?

Salimos de la oficina de turismo algo aturdidos y callejeamos un poco. No hay más que bares, tiendas de recuerdos y españoles por todos lados. Aún así, conseguimos aislarnos un poco de todo esto y pudimos disfrutar de algunos rincones con encanto.

Ya por la tarde visitamos el resto de la ciudad, disfrutando de un tranquilo paseo a orillas del río Aude, mucho menos transitado que la ciudadela.

Quizás algún día esta ciudad fue un lugar lleno de encanto y magia, pues se trata de una ciudad con mucha historia. Actualmente no queda nada que pueda recordarte a esto.

Es un poco tarde, hay que llegar a Casties-Labrande y una vez allí encontrar el camping. Pagamos los 5 euros del parking y nos ponemos en ruta.